sábado, 6 de septiembre de 2008

CONSIGNAS


En primer término, dejaré bien claro que, no sólo soy partidario de que exista una materia de Ciudadanía, sino que intentaré impartirla (si el reparto de horarios del Departamento me lo permite) con el fin de condenar definitivamente mi alma a las llamas.

Considero muy necesario que a la gente le quede claro que las normas por las que se debe regir esta sociedad son fruto de un acuerdo entre individuos y no de cualquier moral particular de origen religioso. Aún no he ojeado ni textos ni temarios pero, a priori, me gustaría que esta asignatura no entrase en moralinas, sino que se centrase en explicar cuáles son las reglas del juego. Me trae al fresco si a algún joven le caen bien o mal los gays, los inmigrantes, las mujeres, los catalanes o los de opiniones discrepantes: lo importante es que tenga claro que les tiene que respetar porque así lo ha decidido una mayoría del país. Y si no le gusta, puede buscar asilo en Arabia Saudí. Y si no les respeta, si les acosa, les agrede o les insulta, que quede claro ante todos que es tan delincuente - o más- como el que roba carteras.
De todos modos, esta entrada no estaba dedicada al debate sobre la Educación para la Ciudadanía, sino a otra cosa.

El curso pasado me sorprendieron muchas respuestas de alumnos de 1º de la ESO en la clase de Geografía. –"¿Qué es una borrasca?"-; -"Es una "cosa" producida por el cambio climático"-. –"¿Por qué hay varias estaciones a lo largo del año?-; -"Por culpa del cambio climático"-. –"¿Cuál crees que es la causa de que haya corrientes marinas?"-; - "El cambio climático ese"- me respondían muy convencidos.

–"¿Sabes cuál es la causa del agujero de ozono en la Antártida?. Espera, no me digas nada; creo que sé lo que me vas a contestar... ¿El cambio climático?"-; -"¡P´os claro!"-. –"Oye, y ya que os interesa tanto el cambio climático: ¿Sabéis que se podría hacer para retrasarlo?"-. –"Ni puta idea. P´a qué vamos a estudiar, si nos vamos a morir todos"- me respondieron varios nihilistas. En algún caso, aparecían personajes que, a mal tiempo, ponían buena cara: -"Subirá el nivel del mar y se ahogarán todos los catalanes, ¡Qué bien!"-. –"A propósito: ¿recuerdas dónde están los Pirineos y la cordillera del Montseny?"-; -"¡ Y yo qué se!"-. –"Y tu adosado en la playa ¿por dónde lo tienes?"- ; -"En un mar...a ver el mapa... el Báltico me parece que se llama..."-. Ah, bueno, si es en el Báltico, tranquilo: seguro que allí no pasa nada.

¡Menuda conciencia ambiental! Nadie sabía qué son los Alpes, pero lo que hay que hacer para evitar la degradación de los espacios forestales, al dedillo (no hay que encender fogatas, no hay que tirar papeles ni botellas, no hay que fumar y no hay que tirar el aceite del coche al campo. Eso sí, ni una referencia a los constructores ni a las autovías). Luego, en vacaciones, contemplo a estas promociones dar cabezazos a los animales, partir árboles, tirar botes al campo (me pregunto si no habrá quien rebusca en la basura condones usados y los echa por ahí para fardar: no me puedo explicar que la gente mantenga relaciones placenteras en un campo de zarzas) y arrasar todo lo que respire con la moto o el puto quark, y me consuelo pensando que, si no se les contase lo del calentamiento global y los CFCs, todo podía ser peor.

Cada vez se escucha más eso de que la solución a un problema X comienza por la educación. ¿Está siendo eficaz esto de "educar en valores"?

Una primera lectura de lo que ocurre sería que estamos en la situación de quien tiene un edredón demasiado corto: si te tapas la cabeza, te destapas los pies. Las nuevas generaciones no habrían memorizado datos (que se pueden encontrar con facilidad, no como cuando los libros eran un lujo y había que llevarlos dentro de la cabeza) y, en cambio, habrían interiorizado conceptos éticos. Si fuese así, algo se habría logrado, pero yo tengo otra interpretación más pesimista.

Tengo la certeza de que todo este trabajo sirve para que la gente retenga consignas de lo que es políticamente aceptable. Incluso puede evitar que alguno proclame la barbaridad que piensa en público, ya que corre el riesgo de encontrarse con argumentos opuestos muy contundentes. En muy pocos casos he visto que se toque la fibra sensible a alguien, hasta el punto de modificar su forma de vivir (en ese aspecto, se está ocupando el espacio que ha dejado la Iglesia en los últimos siglos). Se habla de llevar a la escuela temas como la educación vial: ¿Cómo se puede enfocar algo así? ¿Contando cómo es la señal de "ceda el paso", por si faltan ese día a la autoescuela? ¿Asegurando que si te lo saltas te caerá un multazo? ¿Recalcando que en un accidente te puedes matar o hacer daño a alguien que pase por allí? ¿Llevando a clase a familiares de víctimas? Para eso, que fuese obligatoria una visita al hospital de parapléjicos para todo el que quisiera sacarse el carnet. Cuando se es muy joven no se tiene miedo a morir –ni a matar-, pero sí a quedarse sin piernas, sin cara, sin sexo...

Con todo, el sistema educativo está teniendo un éxito sin precedentes en la divulgación de consignas. Las consignas son el universo opuesto de la complejidad (de la realidad, por tanto). Son como los anuncios: muy fáciles de recordar. Necesitan de poca explicación. Las consignas políticamente correctas no encabronan a nadie. No es lo mismo afirmar que "hay que buscar vías pacíficas para la resolución de conflictos" que, en una zona industrial, plantear ciertos debates: -"La empresa X –sí, esa en la que trabaja el padre de fulano y de mengana- está fabricando armamento destinado a tal gobierno opresor y asesino (se sacan fotos de la masacre). ¿Habría que cerrarla? ¿Reconvertirla a otra actividad? ¿No vender a cierta gente? ¿Seguir como hasta ahora? Razona tu respuesta, exponiendo los pros y contras de cada decisión"-. -"Los políticos sabrán"-; -"¡Me la suda!"-, -"¡Cómo que volarla!. ¡Vete a tomar por culo!"-. Las consignas son relativamente económicas. Las consignas evitan pensar y alejan el fantasma del fracaso escolar: autoridades, padres, alumnos y profesores, todos felices.

Después de considerar tales ventajas ¿Dónde está el problema? Evidentemente, en que la reproducción de valores sociales no descansa, más que en una pequeña parte, en la Escuela. Tampoco es la familia el protagonista fundamental de este proceso. ¿Qué se suele hacer en el aula para intentar inculcar valores? Pues pones una lista de Schlinder, por si todavía no la conocen, y luego se comenta. Como todo el mundo debería saber a estas alturas, los modelos a imitar surgen de la creación artística. Los proponen las series de televisión, las películas, los foros de internet o las canciones (a veces, para bien. No quiero ni pensar en qué clase de especímenes nos hubiera podido convertir a muchos la escuela franquista en el caso de tener éxito su adoctrinamiento).

-"Oiga, un momento: estoy un poco preocupado. Usted me está dando a entender que lo malo de sloganes es que mucha gente los repite como loros, pero luego hace otra cosa"-
-"Exactamente. Se nota que usted hizo comentarios de texto"-
-"Eso que me dice es muy triste. Así que puedes estar explicando desde 3º de Infantil la necesidad de abrocharse el cinturón de seguridad pero que, en cuanto vean alguna jungla de cristal, organizarán persecuciones saltando con la moto de una azotea a otra..."-
-"Alguno se lo abrocha, buen hombre".
-"Pero ¡Maldición!: si la gente no razona, eso va a ser muy malo para la democracia. La población será ignorante, manejable..."-
-"Para la democracia, para las reuniones de la comunidad de vecinos, para ir al supermercado o para sopesar las posibilidades reales de tu equipo en la liga. ¿Se acuerda de aquellos tiempos en que nos reíamos en Europa de lo burros que eran los yanquis?"-
-"Me va usted a decir. Si muchos piensan que España está junto a Guatemala..."-
-"Y que Cuba es una isla muy grande, con canguros, que constituye una enorme amenaza contra los Estados Unidos"-
-"¡Con canguros! Será Australia..."-
-"Pero eso lo sabe usted, que está muy leído"-

En resumidas cuentas: Si alguien aprende que, en una creación literaria puede utilizarse un elemento llamado ironía, a lo mejor es capaz de ver en Homer Simpson algo más que un modelo a admirar. El sistema escolar puede tener éxito en aquello que siempre ha constituido su esencia. Esto es, en impartir una serie de saberes. El conocimiento supone el gasto de unas cuantas calorías, pero tiene la ventaja de que se conectan las neuronas y se desarrollan pautas de pensamiento lógico. A lo mejor está ahí la esperanza en construir un mundo mejor.

¿Dónde quedaría entonces el posicionamiento ético? Es imposible disociarlo del conocimiento. En una ocasión, tras comparar un texto de Tácito donde se hablaba de crucifixiones, pueblos esclavizados, saqueos y otras fechorías del Imperio Romano, con otro en que se veía cómo nos habían traído los acueductos, el alcantarillado, el derecho, los teatros, las calzadas, la dieta mediterránea exagerada, la filosofía, el urbanismo, la arquitectura monumental, los baños, la ingeniería... alguien me preguntó: -"Pero, entonces, ¿ Los romanos qué eran? ¿Buenos o Malos?"- Esa persona nunca sabrá cuánta satisfacción puede producir a un docente encontrar a alguien que siente y padece.


2 comentarios:

Madrastrona dijo...

El problema de la educación es cada vez más profundo y difícil de erradicar.A parte del fracaso que suponen las distintas Reformas Educativas,(desde la del franquista y opusino Villar Palasí a comienzos de los setenta, pasando por la iniciada por Maravall en los ochenta, rematada por el PP privatizando con ese descaro, cinismo y chulería que les caracteriza y así, sucesivamente...
Hay un hecho que me tiene igual de preocupada y es, la falta de educación y de principios básicos de convivencia
que la familia se está olvidando de inculcar a sus hijos.
La familia se está convirtiendo en un criadero de autómatas sin capacidad de esfuerzo,infantilizados hasta derivar en seres irresponsables y dependientes, sin crítica y autocrítica, sin imaginación e iniciativa para enfrentarse a situaciones más o menos difíciles, están sobreprotegidos y se les fomenta la desidia,la pereza...., pero lo peor, es que estos comportamientos que se les permite y a veces se reconpensan en el seno familiar, lo trasladan a la calle, las escuelas, los institutos, donde el resto de mortales tenemos que soportar, por culpa de la incapacidad de los padres.
La educación necesita un debate profundo por parte de la sociedad, sin que medien los intereses mercantiles, políticos, manipuladores,etc.
Idea clave de la Segunda República:
"Escuela pública,laica, autogestionaria y única"
La Segunda República, fue el único periodo de nuestra historia, en que la enseñanza no fue dominio exclusivo de la Iglesia.

Renzi dijo...

Te felicito por el blog. Excelente metáfora.